sábado, 20 de diciembre de 2014

Pensamientos, Reflexiones...

Algo que hago tras leer y practicando Un Curso De Milagros,es entregar todos esos pensamientos que parecen quitarme paz, los entrego a la fuente, a dios, con conciencia de que no tienen significado y pido a cambio su visión, su pensamiento. 

Es un trabajo constante que va dando resultados. Es un trabajo de desmontar y vaciar, desprogramar todo aquello que siento no me permite estar en el ser de luz que soy. Ser un ser de luz es una certeza que no puedo ni tan siquiera demostrarme a mi misma, es por tanto un acto de fe para llegar allí al centro de mi donde todo permanece como energía con conciencia de ser.


Aun cuando esté rodeada de toda una programación de miedo y sufrimiento, de escenas dantescas que se presentan a diario en este mundo que para mi no puede ser real porque de serlo, ser un ser de luz carecería de sentido, y por el contrario creo que lo que carece de sentido es el horror que crea el horror de un mundo donde todo se basa en atemorizar y mantener a los humanos encerrados en sufrimiento y alegría, alegría y sufrimiento, para tenernos sumisos, la sumisión que crea el miedo a que nos toque el horror y en esa sumisión, pensando que el sufrimiento por el otro es respeto, en caridad que se basa en la pena y no en la compasión. 


La caridad que tanto se nos pide, es una oportunidad para el ego, para sentirse mejor que otros egos, pensando que es bueno, pues se apiada del que está por debajo de el mismo en algún sentido basado en lo físico. El sufrimiento que vemos en otros no es más que el sufrimiento que queremos ver en otros para justificar nuestra existencia, nuestro propio sufrimiento, para no sentirnos solos ante el, para poder poner en práctica nuestra benevolencia de humano bueno, pero esto trae la contra pues es dual y a la vuelta cuando ya no podamos soportar más en el papel de benevolentes, pues nos daremos cuenta que ser bueno con algún otro no soluciona mi sufrimiento, encontraremos un personaje que justifique nuestra necesidad de castigarnos a través de castigar a algún otro que se presentará justo en el momento indicado y ahí pasaremos a ser justicieros.


La compasión nace del entendimiento de la no realidad de aquello que parece atormentarnos , al entender que somos seres de luz y, a partir de ahí podemos asumir la responsabilidad de saber que si no es real para mi, no es real para el otro y soy yo quien está proyectando carencias en algún otro y dejar de proyectarlas entendiendo de donde proviene mi propia carencia, es mi responsabilidad, al entregarlo como algo no real, entregamos a la vez la de aquel que vemos exterior a nosotros. Pero cuando creemos en la solidez de lo que nos atormenta solo podemos sentirnos y sentir al prójimo como victima condenada a sufrir, y al sentirlo así nos sentimos benevolentes al compartir su sufrimiento, algo que nos mantiene validados como egos, pues podemos demostrarnos a nosotros mismos que nuestra elección es ser buenos y no malos, poderosos sin responsabilidad, manejados por la culpa.


La compasión es un sentir desde la fe, aunque no podamos demostrarlo, que todo aquello que nos atormenta es una ilusión sin solidez y que por ello no es real y puede ser cambiada por la realidad que estemos dispuestos a aceptar a partir del conocimiento de que no hay nada sólido en todo lo que nos rodea, nada se toca realmente, todo el sufrimiento es un estado mental creado para mantenernos en la santidad a través de la culpa, manteniéndonos así separados de todas y cada una de nuestras emociones que no aceptamos por juzgarlas como malas, nuestra sombra que necesita ser asimilada, integrada y no condenada, para salir del juego dual que nos mantiene sumisos.


Todo está programado en nuestra mente, por lo cual podemos volver a elegir como vemos lo que se presenta, ya que, como lo vemos, es nuestra decisión de desmontar o seguir presos. Cuando me doy cuenta de que esa es la única elección que realmente debo hacer y dejo de pensar que lo que yo pienso como ego tiene alguna validez y por ello puede generar algún cambio real, es cuando me entrego y comienzo a sentir que mi poder está más allá de mi mismo, más allá de mi propio pensamiento racional y es desde ahí desde donde puede ver la verdad, desde la verdadera Humildad.

La muerte deja de ser atemorizante cuando comprendes que no hay nada que perder o ganar con ella, la culpa por morirnos y dejar a otros seres en sufrimiento por ello, nos mantiene sufriendo y pensando que seguimos vivos sufriendo porque somos buenos por otros y esto nos carga de resentimiento. Tememos la muerte por eso y a la vez la deseamos para terminar con nuestro propio sufrimiento y esto vuelve a hacernos sentir culpables, la muerte es una moneda de cambio, con la que se nos atemoriza y con la que se nos manipula desde nuestra mente enferma, carente de significado porque todo en ella es confuso y sin base real ya que la misma cuestión nos causa emociones contrarias.

Somos portadores de un horror universal, no se como llegó a nosotros pero es así, no se para que, pero se que así lo veo, y solo asumiendo que ese horror es mental podemos desmontarlo, eliminarlo y permitir que la realidad de lo que somos brille aquí y ahora, no cuando muera, porque cuando lo haga sin remedio me daré cuenta de que nada de ese horror era importante aquí y en ese momento no podré ya disfrutar de este mundo que se nos presenta ahora tangible para poder tener esta maravillosa ilusión, es vivo y no muerto donde tenemos la oportunidad de despertar de la pesadilla y experimentarla y vivirla desde la realidad, ese es el premio que deseo para todos aquí, vivos, despiertos. El paraíso no es un lugar físico, es la conciencia sin más.

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