viernes, 21 de febrero de 2014

Todo Aprendizaje

Cuando llegamos a uno de los extremos de nosotros mismos, nos cuesta salir de ahí. Una y otra vez la rabia nos da la razón para que no dejemos ese extremo, esa punta de la estrella donde nos metimos por circunstancias que nos repetimos, no creamos nosotros mismos. Pero si alguna vez has estado en tu centro, sabes que no es así, que todas las circunstancias las creas tu, para seguir en un juego de aprendizaje, del que no quieres salir porque hay una parte de ti que te dice "si dejas de creer en mi, nada tendrá significado" Y es que, las personas que conociste en un momento de desequilibrio, te mostraran a perpetuidad , tu propio desequilibrio. Si no ves la oportunidad de aprovecharlo para hacer el cambio en ti. Pues cada uno seguirá allí donde quiera estar, pero eso ya no te concierne.

Te encuentras con personas que hablan mal de otras alegremente, juzgando sin compasión, aquí y allá, a este, a esta, a la otra, y que a la luz parecen tan inocentes. Ves esto y lo consientes, haces ojos ciegos, porque piensas que no hay motivos para apartarse, ya que eso sería juzgar y en estas olvidas que quien en su día a día hace eso, también lo hará contigo cuando llegue el momento. Creo que simplemente no te apartas sin más, porque esas formas, esas maneras que no te gustan, están en ti. Y, o, aceptas por un interés propio que no quieres reconocer, que en realidad estás vibrando en su misma frecuencia, por eso llegaste a ella.


 Puedes pasar todo el tiempo que quieras, recordando y rememorando las acciones que "otros" te hicieron vivir, y seguir echando balones fuera, pero nada cambiará de lo vivido, hasta que tengas la fuerza del perdón.


 La rabia siempre te dará la razón, pero el que otros personajes hayan aparecido en tu vida, para mostrarte tu lado más vil, no te exime de tu propia responsabilidad para hacer el cambio en ti. Es difícil aceptar a los maestros que te muestran su oscuridad, para que así puedas reconocer la tuya. Ver para diferenciar. Cuanto más dentro te sumerges en ti mismo, más espesa es la oscuridad, porque se concentra al hallarse peligrosamente cerca de tu Luz más inmensa.


Agradece a esa tercera persona que vino a mostrarte su que hacer, porque abrió tus ojos a lo que tu no querías por ningún medio ver.


Ahora, solo hay un fino hilo de luz, con el que debes decidir traspasar esa espesa oscuridad. Es vencer tu resistencia, aceptando que es irreal y el hilo de la compasión traspasara y seguirá tejiendo libre en el telar universal del Amor.

1 comentario:

  1. Lo hilvanas perfectamente todos esos hilos que se van quedando detrás, si, pasas de la oscuridad al centro un terreno que eliges más consciente. Al final tu fabricas tu propio telar, la oscuridad te sirve como maestro pero te desapegas de los extremos, la rabia vuelves al centro afortunadamente. Nieves muy inspirador, reconforta la verdad.

    ResponderEliminar